Raúl Cantalapiedra
Una historia de retorno a las raíces
El inicio de un camino
Durante muchos años, me costó encontrar mi camino, buscando fuera de lo que había sido el oficio de toda la vida de mi padre. Aunque exploré otras posibilidades, siempre sentí que algo me faltaba, una conexión profunda con la tierra que me vio crecer.
Volver a las raíces
Finalmente, tomé la decisión de volver a mis raíces y dedicarme a lo que había sido el oficio de mi familia: el cultivo de la vid. Al hacerlo mío, descubrí una pasión que había estado latente, y desde entonces no he mirado atrás. El trabajo en los viñedos me ha brindado una satisfacción personal única, una conexión directa con la naturaleza y una oportunidad de trabajar con mis manos, viendo los frutos de cada temporada, de cada cosecha.
Un presente con futuro
Hoy, después de seis campañas, sigo sintiendo la misma ilusión con cada nueva vendimia. Mi trabajo, que comenzó como una vuelta a las tradiciones familiares, se ha convertido en una expresión de mi compromiso con la tierra, el vino y la dedicación a un oficio tan noble como antiguo. Cada día en el viñedo es un desafío y una recompensa, y no podría estar más feliz de haber encontrado mi lugar en los viñedos que mi familia siempre ha cultivado.
